martes, 22 de mayo de 2012

UNA SANIDAD PARA TODOS NO UNA DE RICOS Y POBRES


Cuestión Previa: Se dice que la sanidad no es sostenible en nuestro país para justificar el cambio de modelo cuando la deuda del sistema sanitario es del 1.6 del PIB. El de la banca es del 11.5 y nadie parece discutirlo. La diferencia está en que la sanidad es pública y la pagamos entre todos, y la banca es privada, y lo malo es que también la financiamos entre todos.
La actitud absolutamente frívola del Consejero de Economía y Hacienda esta semana a propósito del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en el que , según sus palabras, “no solamente le habían aprobado sino que le habían felicitado”, pone de manifiesto lo lejos que se sitúa el gobierno extremeño de la realidad de los problemas de los ciudadanos. Ni una palabra de recuerdo para los parados, los autónomos o la pequeña empresa que ven como los recortes no solamente no contribuyen a darle alguna esperanza, sino todo lo contrario. La felicitación de Montoro a Monago y Fernández tiene su origen en lo siguiente:
-Miles de trabajadores perderán su empleo por la caida del PIB extremeño vinculado a la reducción de 549 millones de euros de gasto público, y otros miles no podrán trabajar en las sustituciones del sector social y sanitario de la región, trás el aumento de 35 a 37.5. En vez de repartir la masa horaria entre más trabajadores se concentra entre menos.
-Llegarán a las empresas, que son las que finalmente crean empleo, 80 millones de euros menos por un lado y 148 millones de euros por otro.
-De los 24 Puntos de Atención Continuada o Servicios de Urgencia de Atención Primaria ajenos a centros de Salud, el 80 por ciento se plantea que se cierren.
-Se propone que muchos de los pueblos de menos de 500 habitantes solamente tengan médico en consulta algunos días en semana.
-Más niños en las aulas y menos tiempo para los profesores para estar pendiente de otra cosa que no sea dar clase.
- Se reducen guardias a los médicos, que se jubilen antes, que cobran mucho, que sigan haciendo guardias después de los 55 años, de pagarle por trabajar por la tarde nada y la carrera profesional fue “un exceso del Vara que era médico”. Y además tienen la culpa de que la sanidad no se sostenga.
Y al día siguiente nos enteramos de que Madrid ha gastado en 2011 2.000 millones de euros más que lo que había reconocido hace unos meses y la Comunidad Valenciana 1.000 millones de euros más. Para que nos hagamos una idea, lo que Madrid afirma haber aumentado el déficit en 2011 respecto a lo reconocido, es equivalente a toda la deuda acumulada por Extremadura en los 29 años de Autonomía.
Esta política de recortes tan brutal, que afecta a las empresas y al consumo, está metiendo a Extremadura en un periodo de destrucción de empresas y de empleo, que hace necesario que la Junta asuma su fracaso y permita que entre todos podamos ayudar. Pero ayudar no es decirle que todo está muy bien y que sus recetas son las acertadas. Colaborar ahora es decir lo que tu piensas que es la verdad. Y la realidad nos lleva a un horizonte de aquí a final del año que nada tiene que ver con las felicitaciones frívolas. Si Monago y Fernández no son conscientes de lo que representará para Extremadura las decisiones que se están tomando, es que no estamos solamente ante una nueva etapa de la crisis, sino ante algo grave añadido. No ser conscientes de donde nos conducen.
A pesar del desprecio y de los ataques, incluso personales, de este primer año hacia mi grupo, vamos a estar intentando ayudar si se nos deja, apoyando o planteando alternativas a lo que llegue al parlamento extremeño. Pero que nadie nos pida complicidad con la ausencia de proyecto para Extremadura. El gobierno debería explicar que espera de este Plan Económico-Financiero en términos de PIB y de desempleo para este año.
Y luego si el Consejero quiere que lo felicitemos también, le diremos que NO. Que los parados, los autónomos y las pymes no entienden tanta satisfacción. En todo caso que le pongan una Estatua en alguna rotonda. Pero en una que no tenga salida , que es lo que sus medidas están provocando.
Guillermo Fernández Vara

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