Pero una cosa es festejarlo y otra bien distinta es dilapidar los exiguos fondos que tiene nuestro Ayuntamiento.
Creemos que es necesario marcar las prioridades cuando el dinero no abunda, es más, cuando no tenemos dinero y tenemos que ir al banco a pedirlo tenemos que ser conscientes de la situación y no mirar para otro lado, mas vale prevenir que curar.
Creemos que gastar más dinero no tiene porque significar divertirse más o celebrarlo mejor, simplemente hay que ser consecuentes y si no se puede traer un grupo de música con tres componentes pues se trae con uno solo, que el resultado es el mismo: música en directo y canciones para bailar.
Si no se tiene para tirar fuegos artificiales pues no se tiran, que la gente se va a divertir muchísimo tanto si te gastas seiscientos euros en fuegos artificiales como si te gastas veinte en petardos.
Si no se tiene dinero para pagarle a los trabajadores puntualmente sus nóminas cuesta entender que después si se tenga para montar, mantener y alquilar una super carpa en la plaza, cuando nuestro pueblo ya tiene esas infraestructuras gratis, a eso, lo llamamos dilapidar porque si yo ya tengo un coche ¿por qué debo alquilar una limusina?, eso exactamente es lo que fue la fiesta de la independencia. Infrautilizar los medios con los que ya gratuitamente contamos y comprar los que no tenemos para aparentar.
Creo que la historia reciente nos ha dado una lección, una lección simple: "solo puedes gastar aquello que tienes" porque si gastas lo que no tienes tarde o temprano terminas pagándolo, ¡y a que precio!
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