La posición del Partido Popular, gobernante en Extremadura y en España, ha venido evolucionando, según sus propias necesidades, desde proponerse como la única solución para crear empleo, antes de las elecciones, al reconocimiento expreso de la dificultad del problema, y finalmente a la carga del esfuerzo laboral y fiscal sobre la clase trabajadora.
Esta evolución queda claramente de manifiesto en el vergonzoso cambio estratégico que el Partido Popular ha dado en el tema de los impuestos. De la negación radical y absoluta manifestada durante la campaña electoral, a la subida efectiva de impuestos declarada una vez que ha tomado el poder. Eso sí una subida que afecta sobre todo a las rentas del trabajo. La escalada de “a ver quien baja más los impuestos” que han sostenido los dos partidos mayoritarios del Estado ha sido y sigue siendo negativa para la ciudadanía y vergonzosa desde el punto de vista de la responsabilidad política.
Pero volvamos al tema principal, los parados y paradas. Las soluciones que propone el Partido Popular son: recortes que producen más paro, reforma laboral que disminuye los derechos de los trabajadores y produce más paro (como ha demostrado la reforma de 2010) y peticiones de sacrificio para salir de la crisis solamente a una de las partes.
Pero para que ese sacrificio tenga efecto positivo es necesario que el esfuerzo sea compartido. También por el sector financiero, también de los que más tienen, también por los políticos.
Las instituciones financieras deben hacerse responsables de la parte de la crisis que les toca, que es mucha. No nos pueden pedir sacrificios cuando los bancos mantienen condiciones abusivas y prebendas personales de sus dirigentes. No nos pueden pedir sacrificios cuando los ricos niegan la solidaridad, negándose a la reestructuración del sistema fiscal. Los políticos no nos pueden pedir sacrificios cuando se niegan a esa reestructuración fiscal y cuando consiente la corrupción política (el caso valenciano es tremendo). Cuando en vez de la prometida regeneración política se contrata a los primos para los coches oficiales.
Es, también, necesario mejorar la lucha contra el fraude, el fiscal y el laboral. La lucha pasa por que el gobierno ponga en marcha programas específicos antifraude y, sobre todo, por el aumento del número de inspectores fiscales y de trabajo. Es algo que desde instancias sindicales se viene reclamando desde siempre y que hasta ahora no se ha abordado.
Fuente: CRONICAS DE UN PUEBLO. Tomás Chaves
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