domingo, 19 de febrero de 2012

CAMBIAR LAS COSAS. LOS TRABAJADORES NO SON CULPABLES.

Primero golpearon a los trabajadores en la nómina al imponerles la mayor subida de impuestos de la democracia, luego les quitaron derechos laborales esenciales por la vía del decretazo y finalmente montaron la enésima campaña de difamación de los sindicatos, conscientes de que para imponer su régimen deben eliminar los principales núcleos de resistencia. Y los sindicatos son una herramienta básica para defender a los trabajadores. Estas razones son más que suficientes para que los ciudadanos conviertan hoy el 19-F en una enorme movilización de rechazo a las contrarreformas de la derecha.

El Gobierno y su aparato mediático han demostrado durante los últimos días que están dispuestos a saltarse todos los límites para lograr sus objetivos. La vicepresidenta Santamaría tuvo la desfachatez de exigir a los líderes sindicales que desvelen sus sueldos, con el argumento de que se reciben fondos públicos, cuando ella misma jamás ha revelado lo que cobró del PP, que también se nutre de dinero del Estado (por supuesto, todos deberían aplicar la máxima transparencia). Y qué decir del intento de criminalizar a los sindicatos con informaciones manipuladas o del burdo intento de enfrentar a las centrales con los parados, después de aprobar un decretazo que dinamita el equilibrio en las relaciones laborales y entrega todo el poder al empresario.

El ataque es tan brutal que la respuesta también debe ser contundente. Los dirigentes de izquierda tienen hoy la obligación de estar en la calle, con los trabajadores y con los sindicatos. No valen ni los tacticismos ni las medias tintas.


FUENTE: MANUEL RICO

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