Ángel Acebes dejó ayer el Congreso, que no la política. La política la había dejado hace ya tres años, en 2008, cuando Rajoy decidió que necesitaba un responsable de su segunda derrota electoral ante Zapatero. Desde que fue decapitado como secretario general del PP, el expolítico Acebes ha seguido ahí, en los escaños del fondo del Congreso. Ha intervenido ante la cámara cinco veces en tres años, no ha dado entrevistas, no ha montado bulla ni ha hecho apenas declaraciones públicas. En 2010, ganó el premio al diputado desconocido de la Asociación de Periodistas Parlamentarios. A diferencia de otros insignes jubilados del Congreso –como Felipe González en su última legislatura o el mánager de Shakira, José María Michavila–, Acebes al menos sí acudía a los plenos. Pero más allá de sentarse en el escaño tres días por semana, no se le conoce mucha más actividad parlamentaria.
Fuera del Congreso, Acebes sí ha tenido más trabajo. A finales de 2008 montó un bufete y unos meses después le tocó en suerte –gracias al apoyo de Esperanza Aguirre– un lucrativosillón en el consejo de administración de Caja Madrid Cibeles, la corporación financiera de la caja de ahorros madrileña. Como diputado, el sueldo de Acebes era público. Pero, ¿cuánto ganaba con su pluriempleo, como abogado y como consejero de Cibeles? Es un misterio que nunca conoceremos.
Justo ayer, el mismo día en que Acebes renunciaba a su escaño, los presidentes del Congreso y del Senado pactaron proponer a los partidos que, desde septiembre, se difunda el patrimonio y las rentas de diputados y senadores a través de la web. Lástima que Acebes se libre, con lo que a él le gusta la transparencia.
Fuente: escolar.net
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