La valla que separa a políticos y ciudadanos
Enviado por Cesar Ramos Esteban en 27 febrero 2014 – 22:29
Soy
muy poco dado a hacer reconocimiento, ni a propios ni a extraños. Los
que me conocen saben que soy una persona crítica y poco dado a hacer la
pelota, pero hoy voy a hacer una excepción que me gustaría que se
convirtiera en regla, por tener motivos para hacer más reconocimiento.
Mi reconocimiento va para los vecinos de Aldeacentenera, un pueblo cercano a Trujillo de poco más de 700 habitantes. Hace tiempo el gobierno de Monago, aquel que prometió cortarse un dedo
si aplicaba recortes, quitó las urgencias al pueblo y a muchos otros, y
aun así curiosamente Monago sigue contando con todos los dedos de la
mano.
A partir
de ese día liderados por su alcalde decidieron luchar para que les
devolvieran lo que es de justicia, porque todos tenemos derecho a la
vida independientemente de donde vivamos, esto la pone en peligro y en
inferioridad de condiciones con otros extremeños.
Se movieron en las redes sociales, lanzaron un bando prohibiendo ponerse enfermos,
para llamar la atención, y lo que es digno de reconocimiento: cada
jueves que hay pleno en la Asamblea de Extremadura acuden con su
pancarta y megafonía para recordarnos que siguen sin tener sus
urgencias.
Hay muchos
diputados que se acercan a saludarles, pero lo suelen hacer desde la
otra parte de la valla, la que separa a políticos de ciudadanos, yo
reconozco que me gusta estar más cerca, porque somos compañeros, somos
amigos y me gusta abrazarles, algo más complicado con una valla por
medio, por lo que siempre decido saltarme esa barrera tan poco estética y
tan poco ética.
Lo que
puede ser un gesto en política se convierte en algo muy importante, los
que hoy están detrás de la valla luchando por sus derechos puede que
mañana estén el parlamento. Si los que estamos en políticas no
entendemos la necesidad de superar esas vallas que nos separan, tanto
reales como imaginarias, habremos perdido el verdadero sentido de
nuestro trabajo y corremos el riesgo de no hacerlo de la forma más
adecuada.
Son muchos
los que esta legislatura han pasado por ese espacio para manifestarse,
pero solo hay un pueblo que acude sistemáticamente cada jueves que hay
pleno: los vecinos de Aldeacentenera, cuando llueve, cuando hace un
calor horrible, cuando hace frio,… Aunque solo sea por esto, por su
constancia, este pueblo se merece que le devuelvan lo que era suyo.
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